El árbol de los dibujos

Hace tres años, cuando todavía no sabía muy bien qué hacer con mi vida, tuve la idea de llenar los árboles de dibujos para que la gente los viera y se los llevara a casa si querían. La primera vez que lo hice fue en París. Me fui con una amiga a regalar dibujos y colgarlos de los árboles. Fue lo más parecido a un fracaso según mis expectativas, porque casi todas las personas pensaban que era todo un truco para luego pedirles dinero.

Unos meses después volví a Madrid y quise llenar un árbol de dibujos en La Feria del Libro. ¿Qué mejor lugar para hacerlo que allí? Así que preparé mis lápices, cuerdas, tijeras, cinta y todo lo necesario para colgar dibujos. Al llegar al parque El Retiro, elegí un árbol y me puse a trabajar. Luego llegaron mi novio, una amiga y mi hermana y me ayudaron con todo.

Fue muy gracioso ver cómo al principio los niños eran los únicos que comprendían que el cartel que decía ¨DIBUJOS GRATIS¨ quería decir que eran gratis. Los padres, acostumbrados a la desconfianza, se molestaban y les decían que no fueran, pero por suerte los niños sabían más y se acercaban de igual forma, tomaban un dibujo y detrás de ellos se acercaban los padres al ver que de verdad no pedía nada a cambio.

Mientras colgaba los dibujos, esa mañana de mayo de 2012, pensaba en lo mucho que me gustaría volver algún día a la feria como autora, a lo mejor con un libro de dibujos, quién sabe qué tipo de dibujos… en ese momento sólo sabía que quería dibujar y vivir de eso, pero no sabía muy bien cómo y el árbol era solo una prueba.

La semana pasada tuve la oportunidad de firmar mi primer libro ¨La Buena Vida¨ en la Feria del Libro, bajo los árboles de El Retiro y con ese ambiente que tanto me gusta. Llegué un poco triste (¿o debería decir nostálgica?) porque a pesar de estar cumpliendo un sueño, ninguna de las personas con las que me hubiera gustado celebrar, habían podido acompañarme. Por suerte, la vida siempre se encarga de abrirme los ojos para que no me centre en lo que falta sino en lo que tengo y se acercaron muchísimas personas a regalarme lindas palabras que llevaré conmigo siempre.

Desde que supe que firmaría en la Feria pensé en lo bonito que sería repetir el árbol de los dibujos, así que viajé con una maleta llena de 200 postales, hilo y cinta para poder hacerlo. En cuanto terminé de firmar me fui a buscar el mejor árbol, me tragué la timidez y empecé colgando el cartel más grande que decía: ¨DIBUJOS GRATIS¨.

Al principio dudé. El viento estaba en mi contra y me hizo difícil la tarea. Pero en cuanto empezaron a llegar las primeras personas a llevarse dibujos, me llené de energía, alegría y seguí colgando dibujos hasta que me quedé sin postales. Fue muy gratificante ver las sonrisas de las personas que se llevaban los dibujos, de los niños que me pedían que se las firmara, de los que se acercaron sólo para ver qué sucedía.

Noté que a diferencia de hace tres años había más confianza en las personas, algunos me preguntaron si eran gratis de verdad pero no tantos como la primera vez que lo hice. Algo ha cambiado y quiero pensar que es algo bueno. Todo el cansancio que arrastraba de un viaje lleno de retrasos de vuelos, de dormir poco y de ansiedad escondida, desapareció al ver tantas sonrisas. Al darme cuenta de que compartir es más fácil de lo que parece y para comunicar algo sólo hace falta querer hacerlo.

Una de mis preocupaciones en ese momento era que no podía hacer fotos, colgar los dibujos y hablar con la gente. ¡No puedo hacer todo al mismo tiempo! Cuando intentaba hacer una foto, se acababan los dibujos y no era el caso hacerle una foto al árbol vacío. De la nada, apareció un señor con su cámara y empezó a hacer un montón de fotos. Me dijo su nombre: Javier Vázquez – Prada y entre comentarios graciosos y sonrisas, allí quedó todo.

Por varias razones no había podido terminar de escribir este post, tanto que ha pasado más de una semana desde que estuve en la Feria. Esta tarde, el señor que había aparecido de la nada a hacer fotos me mandó un enlace del álbum de las fotografías. Lo que pensé que no había podido documentar estaba ya documentado, gracias a una de las personas que me regaló una sonrisa a cambio de un dibujo.

La sensación de felicidad que me llevé ese día al ver tanta gente contenta gracias a un dibujo se multiplica ahora. La vida está llena de círculos, de coincidencias que no son coincidencias sino los resultados de nuestros actos y de todo lo que hacemos. Estoy feliz de haber regalado algo de mí esa tarde, así como hace tres años. Compartir deja siempre una sensación muy grata y más aún cuando lo que compartes es bien recibido. Espero repetir el árbol pronto, no sé cuándo ni dónde, pero espero repetirlo.

Gracias a Giulio Vita por el vídeo, a Javier Vázquez-Prada por las fotos y gracias a todos los que me acompañaron al lado del árbol.

Sara Fratini
@sarafratini

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